Algo así ocurrió hace un par de días atrás, pero antes de relatar la situación debo decir que siempre, desde que tengo 18 años más menos, me he llevado muy bien con el género femenino, no sé si es por mis ganas de analizar todo, a todos y a la vida, mi forma de reflexionar o mi faceta de psicólogo amateur; pero aunque no me considero un gran hombre o de gran éxito en el amor, siempre termino llevándome mejor con el sexo opuesto. después de tal aclaración me siento conspiradamente preparado para relatar el hecho que hundió mi cabeza en un balde con agua heladisima y me hizo despertar, de cierta manera, de la modorra que encerraban mis pensamientos.
Estaba yo, como buen parroquiano en un viaje de placer, cuando dos lindas y guapas mujeres(es lo que podía observar desde mi humilde palco), conversaban sobre hombres y sobre el amor, que según mi opinión se pone un poco mezquino a cierta edad. Yo no podía de dejar de escuchar la linda voz de una de ellas, hasta que se manda una frase que me dejo constipado, impactado, de una rabia interna de carácter febril..."es tan lindo, todo lo que quiero, pero no me gusta"... con eso lo dijo todo, sentí tanta pena y a la vez una ofensa contra un sujeto que se la estaba jugando por una mujer de la forma más leal y sencilla puede haber, con la sinceridad de decir, en actos, me interesas, y que de cierta forma este siendo ultrajado emocionalmente por una mujer, que en ese instante al menos, demostró acertadamente el todo, del porque tengo rechazo enorme a jugarmela por alguna mujer en estos momentos. Me justifico absolutamente todo, pero quede con ese gusto amargo en el paladar de querer defender lo indefendible, de querer hablar por aquél ignorante e indefenso ser humano que cree una cosa, porque demuestran algo, pero por otro no esta ni cerca de poder ser lo que desea ser.
Después de tal información y febril rabia interna, me deje llevar, a lugares oscuros y recónditos mientras duró el viaje, ya que por fin entendí el porqué de algunos rechazos y el porque de ciertas frustraciones de mis historias con mujeres. Me sentí identificado con este hombre, pero apenado y frustrado.
Lección?? Aprendí que,0 por el momento, no hay que confiar en las mujeres, por mucho que tu corazón así lo desee.