Cada verano durante 8 años pase al menos dos semanas allí, conociendo gente, teniendo romances de verano, asados, carrete, hasta mi primera borrachera fue allí en la discoteque que tenia un salón de pool.
Pero lejos lo que mas disfrutaba era salir a caminar con mi walkman por la playa el abanico en las mañanas, observar el mar, sentir como el agua fría del pacífico humedece tus pies dándole un tono blanco. Hoy extraño mucha esa sensación de conexión conmigo mismo, sentir que puedo ser libre y hacer lo que quiera al menos estando de pie frente al mar. Es lo que más anhelo hoy en día.. libertad!